Quantcast
Viewing latest article 4
Browse Latest Browse All 12

Notas desde la playa de Ses Illetes

Cinco euros. Eso es  lo que cuesta una sombrilla en la playa de Ses Illetes, en Formentera. Se la alquilamos a un grupo de chicos altos, delgados, morenos, con el pelo largo con rastas, que se resguardan del sol bajo un improvisado cobertizo.  La primera sombrilla que cogemos está rota y la tela no se sujeta bien. La segunda es azul, parece que toda sombrilla debiera ser azul o a rayas, o de colores brillantes.

La playa está ya bastante llena aunque aún es pronto, por eso nos decidimos a andar lo más que podemos para ir alejándonos de la entrada que da directamente a la carretera y que es donde la mayoría de la gente se queda. Hace mucho calor, muchísimo. La arena quema tanto que decidimos andar por la orilla, cargados con las toallas, las bolsas y la sombrilla. La arena es blanca y fina, en algunos tramos tanto que nuestros pies casi se hunden completamente por efectos de nuestro propio peso. El agua es completamente transparente por la zona por donde caminamos pero, a lo lejos, se vuelve azul, verde, turquesa. Se pueden ver en el fondo bancos de algas que se mueven según la marea.  Y lo mejor de todo es que todavía está un tanto fría.

Image may be NSFW.
Clik here to view.

No he estado en el Caribe, tampoco en las playas de Tailandia (una espinita de esas que tengo clavada), después de la primavera y principios del verano tan horribles este año en Londres, llego a la isla con una necesidad total de calor, de rayos de sol. Así que, para mi, esta playa es, en estos momentos, lo más cercano que he conocido al paraíso.

Clavamos nuestra sombrilla en uno de los pocos espacios que quedan libres, sin darnos cuenta de que estamos demasiado cerca de uno de los bares playeros que ocupan, cada pocos metros, un fragmento de la orilla. A nuestro lado, hamacas color beige se alinean ordenadas en forma paralela a la orilla, cada una con su sombrilla a juego que, ya no cuestan cinco, sino seis euros.

Nos bañamos. Las olas, en esa zona de la playa, parecen venir desde distintos puntos y eso me deja una ligera sensación de mareo. Pero al salir, un chico nos hace movernos, nos dice que en el lugar en el que estamos nos van a molestar los niños que llegarán a la hora de comer.

Y nos movemos, con nuestras bolsas, toallas y sombrilla respectiva. Volvemos a extenderlo todo detrás de las dos filas de hamacas del chiringuito, la línea del horizonte tapada por un enorme bolso de Louis Vuitton.

Volvemos a meternos en el mar, a mecernos con esas olas descoordinadas, a escuchar los gritos felices de una niña que ha visto algunos peces entre las algas, a ver a la gente que cruza a la isla cercana con el agua hasta las rodillas, a observar a la gente que se deja hacer fotografías con poses estudiadas en la orilla.

Image may be NSFW.
Clik here to view.

 Hasta que, a la hora de comer, empiezan a llegar lanchas motoras con la gente de los yates y barcos varados al fondo. No son sólo niños, hay gente de todas las edades. Les llevan directamente al restaurante, se bajan de las barcas justo al lado del trocito de arena que antes ocupábamos. No eran los niños los que nos iban a molestar sino, más bien, nosotros a ellos.

Image may be NSFW.
Clik here to view.

The post Notas desde la playa de Ses Illetes appeared first on Notas desde algún lugar.


Viewing latest article 4
Browse Latest Browse All 12