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Channel: mar – Notas desde algún lugar
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Notas desde Brighton

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Brighton es el mar y la playa aunque parece que yo siempre acabe visitándola en invierno aunque hay algo en los pueblos con mar en invierno que me encanta, no sé si es por la luz, por las gaviotas que esperan en la orilla o por la promesa de que el invierno en algún momento acabará y llegará el buen tiempo.

Brighton es la playa de Londres, aunque sea de piedra y no demasiado cómoda si lo que buscas es arena. Lo lleva siendo desde el siglo XVIII, cuando dejó de ser un simple pueblo de pescadores y se puso de moda entre la aristocracia inglesa, cuando se convirtió en el lugar en el que tenías que estar si querías ser alguien o querías encontrar marido, como aconsejan algunos personajes de Jane Austen.

El novelista William Thackeray, autor de La hoguera de las vanidades, escribió que los londinenses debían agradecer al rey Jorge IV la invención de Brighton, algo se le debía agradecer a un rey al que siempre se le acusó de ser un extravagante, un mujeriego, y de estar siempre rodeado de deudas, pero es verdad que sin él Brighton no sería nada de lo que sería ahora, hasta en invierno.

Sin él la ciudad  quizás no seguiría siendo completamente Brighthelmstone, el nombre que la pequeña aldea llevaba cuando el rey la visitó por primera vez en 1873 por consejo de su médico Richard Russell, quien acababa de poner de moda los baños de mar al probar los efectos beneficiosos del agua salada en la salud. El turismo probablemente habría llegado igual más pronto o más tarde, pero seguramente sería bastante diferente.

Igual seguirían aquí The Lanes, las únicas callejuelas que junto a una parte de la iglesia de San Nicolás fue lo único que sobrevivió en el siglo XVI a la invasión francesa durante la guerra de los Cien Años. Y probablemente también se habrían construido los dos muelles  que tiene la ciudad, de los que ahora sólo queda uno en pie. El que se encuentra situado más hacia el oeste se cerró en 1975 y, aunque ha habido diferentes proyectos para darle una nueva vida, se ha ido dejando desde entonces a la voluntad del mar y se encuentra en un estado deplorable.

The Lanes, Brighton1
Brighton Pier Brighton PierWest Pier, Brighton

Lo que es seguro es que sin Jorge IV no existiría el que es uno de los edificios más extraños de Inglaterra, el Pabellón Real de Brighton, un edificio que muestra sobre todo la excéntrica personalidad de quien lo mandó edificar y que fue tan criticado que sorprende el hecho de que siga en pie.

Royal Pavillion, Brighton Pabellón Real de Brighton Royal Pavillion, Brighton Royal Pavillion, Brighton Royal Pavillion, Brighton5
Royal Pavillion, Brighton

Jorge IV llegó por primera vez a Brighton no como rey sino todavía como Príncipe de Gales. En Brighton podía vivir libre del control de su familia, de la corte y de los cotilleos de la alta sociedad londinense pero allí, sobre todo, podía hacer lo que le pareciese con su amante, María Ana Fitzherbert, con la que más tarde se casaría sin el consentimiento de su padre y de la que tendría que separarse poco más tarde para casarse con una mujer anglicana, ya que de otra manera se le hubiese denegado acceder al trono.

El curioso Pabellón Real, con su aspecto traído desde el otro lado del mundo, tardó 35 años en construirse y fue cambiando con el tiempo. El lugar en el que se encuentra había sido una granja y lo primero que se construyó fue una villa de aspecto georgiano que hacía juego con el resto de la ciudad.

Pero con el tiempo y al ir adquiriendo más tierra alrededor iría convirtiéndose en lo que vemos en la actualidad, un edificio exótico con sus cúpulas bulbosas y sus minaretes blancos, un poco fuera de lugar, una especie de palacio que casi no pertenece a ningún sitio porque es indio mogol en su exterior y chino en su interior, aunque el rey no estuviese en ninguno de esos lugares, ni probablemente tampoco sus arquitectos.

Brighton Recuerdos de Brighton

Dicen que el origen de la ciudad como hogar del rey excéntrico y su amante (sus sucesores la abandonarían muy pronto, como su sobrina la reina Victoria que fijaría su residencia en la isla de Wight) determinó el carácter de Brighton, la marcó de por vida con un cierto aire de apertura.

No sé si es por eso pero Brighton tiene ahora una comunidad gay de las más importantes del país, Jane Austen no podría criticar ya que fuese el mejor lugar para encontrar marido, y también muchos artistas que se han ido instalando allí desde hace años. Y si te acercas hasta ella, aunque sea en invierno y con frio, siempre supone un soplo de aire fresco.

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